Ya sea un leve chirimiri, poalla u orballo, un chaparrón o una tormenta con todas las de la ley, conducir bajo la lluvia no es el escenario ideal para muchos conductores. La incomodidad, la falta de visibilidad y la sensación de tener menos agarre sobre el asfalto son algunos de los síntomas más comunes que tenemos en el coche. Hoy vamos a ver una serie de consejos y precauciones a tener en cuenta para conducir bajo la lluvia con total seguridad.
Dicen que en España no llueve mucho, pero eso debe decirlo quien no viaje habitualmente. En la época veraniega es menos probable que nos encontremos con un viaje en el que la lluvia nos complique las cosas, pero en general siempre tenemos que tener en cuenta a la lluvia como potencial compañera de viaje.
Con la lluvia nos enfrentamos a una reducción considerable de nuestra visibilidad. Depende obviamente de la intensidad de la lluvia, pero siempre debemos tener en cuenta la posibilidad de ir perdiendo visibilidad paulatinamente, además de que las nubes reducen la luz natural, y más cuanto más cargadas de agua estén. Esto, además, ayuda a aumentar la fatiga al volante (a lo mejor es buen momento para repasar cómo conducir con comodidad).
Lo más habitual es que se reduzca el campo de visión y la distancia de nuestro «horizonte», así que debemos adaptarnos a ello desde el primer momento. También reduce nuestra visibilidad el agua extra que nos proyectan otros coches, pero sobre todo vehículos pesados como autobuses o camiones, a su paso.
En condiciones de lluvia debemos estar seguros de que tanto el parabrisas como las escobillas estén en perfecto estado de limpieza, y de mantenimiento en el caso de las segundas. La suciedad se aliará con la lluvia para producir un «barro» o pasta que nos perjudicará a la visibilidad mucho más de lo normal. Además, las luces deben estar en perfecto estado de funcionamiento, y bien limpias.
En condiciones de lluvia, aunque sea ligera, es recomendable (y obligatorio en algunos casos) encender el alumbrado pertinente. Hay que tener especial atención a procurar ser vistos, pero también a no deslumbrar a los demás. Es decir, utilizar el alumbrado correcto, y repasar cuándo se utilizan las luces antiniebla en caso de lluvia.
La lluvia reduce el agarre efectivo de los neumáticos y puede llegar a comprometer la estabilidad del conjunto del coche si no circulamos con precaución. Aunque tengamos los neumáticos en perfecto estado, hay que saber que éstos tienen una determinada capacidad de evacuación de agua a través del dibujo, y cuando sobrepasamos esa capacidad, perderemos el 100% del control del coche. Eso es, básicamente, el aquaplaning.
La clave para mantenernos bien seguros en la carretera es la precaución. Especialmente cuando empieza a llover, hay que tener mucho cuidado con la velocidad y el tipo de conducción que mantengamos, pues el agua se mezcla con el polvo y residuos de la carretera y se forma una especie de barro que puede ser muy resbaladizo. Lo que hay que saber sobre agarre y estabilidad en lluvia es:
Para asegurar la mayor confianza en nuestro coche y no comprometer el agarre y la estabilidad, debemos mantener los neumáticos en perfecto estado, así como todo el sistema de frenos. En carretera (y en ciudad) aumentaremos en lo posible la distancia de seguridad y evitaremos circular muy cerca de autobuses o camiones (porque pueden cegarnos con el spray, entre otras cosas), y moderaremos la velocidad. En Francia, por ejemplo, hay dos límites de velocidad, y cuando llueve se escoge el menor de los dos. No hay prisa.
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